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autobizInsights #18
¿Por qué se frena el remarketing durante los picos de desflota?
Todo profesional del remarketing conoce este escenario: miles de vehículos que regresan de contratos de leasing o de flota, todos a la vez, todos necesitando ser tasados, valorados, reacondicionados y revendidos.
Esta es la realidad de los picos de desflota. Lo que en los meses más tranquilos parece un proceso rutinario, de repente se convierte en un cuello de botella que sobrecarga a los equipos, ralentiza el remarketing y eleva los costes.
El papel crítico de la tasación y la valoración
Al final de un contrato, ningún coche puede ser remarketizado sin pasar por dos pasos esenciales:
- Una tasación física, para identificar daños, desgaste y necesidades de reacondicionamiento.
- Una valoración, para determinar el precio adecuado de reventa.
Estos pasos son la base de la confianza entre todas las partes implicadas —arrendador, gestor de flota, concesionario y comprador final—. Sin embargo, tienen un coste: de media, una tasación lleva unos 30 minutos por vehículo. Si a esto añadimos múltiples bucles de validación entre inspectores, especialistas en precios y responsables, lo que debería ser un flujo de trabajo ágil se convierte rápidamente en un proceso lento y complejo.
Cuando los picos estacionales llevan el sistema al límite
En circunstancias normales, 30 minutos serían asumibles. Los inspectores y especialistas en precios pueden trabajar con regularidad, los reacondicionamientos se realizan a continuación y los vehículos vuelven al mercado sin grandes retrasos.
Pero durante los picos estacionales, normalmente al final de un trimestre o de un ejercicio fiscal, los volúmenes se disparan. De repente, en lugar de gestionar un flujo constante, los equipos de remarketing se enfrentan a cientos de coches al día. En circunstancias normales, con el proceso estándar, tres operarios son suficientes para cubrir los volúmenes diarios, pero el aumento de unidades genera problemas operativos.
El impacto es inmediato:
- Se forman colas: los vehículos esperan días antes de ser tasados.
- Los cuellos de botella se multiplican: cada validación retrasa la siguiente.
- El remarketing se ralentiza: los coches permanecen parados, depreciándose en valor.
En un sector donde el tiempo equivale literalmente a dinero, estos retrasos pesan enormemente en los márgenes.
Con el nuevo proceso, sin embargo, vemos que incluso en los periodos de mayor actividad se cumplen sobradamente los objetivos. Es más: este rendimiento reduce de forma significativa los niveles de stock, permitiendo remarketizar los vehículos mucho más rápido.
El coste oculto: el reacondicionamiento bajo presión
Los retrasos en el remarketing no solo afectan a los plazos; también erosionan el valor del vehículo. Cada día extra que un coche pasa en stock implica una depreciación acelerada y mayores costes financieros de inmovilización. Cuando grandes volúmenes de vehículos llegan al mercado de golpe, los equipos de remarketing se enfrentan a cuellos de botella y los coches tardan más en revenderse. Para los operadores de flotas y arrendadores, esto se traduce en márgenes cada vez más reducidos, ya que los vehículos pierden valor antes incluso de llegar a los compradores. Para los equipos de remarketing, supone gestionar un inventario de activos en depreciación en lugar de flujos de trabajo eficientes y predecibles. Reducir el tiempo de comercialización es, por tanto, esencial para proteger los valores de reventa y la rentabilidad global.
Un desafío estructural, no solo estacional
Los picos de desflota pueden darse solo unas pocas veces al año, pero su impacto es duradero. Generan frustración en todos los implicados: los propietarios de flotas sufren retrasos en el flujo de caja; los talleres experimentan cargas de trabajo fluctuantes, que van desde la infrautilización hasta la sobrecarga; los tasadores y responsables de precios trabajan bajo una presión creciente, lo que aumenta el riesgo de errores.
Durante años, el sector se ha adaptado recurriendo a refuerzos temporales, horas extra o priorizaciones manuales, pero estas son soluciones a corto plazo que no resuelven el problema de fondo: las tasaciones y valoraciones siguen siendo demasiado lentas y excesivamente dependientes del trabajo manual.
En la próxima parte de esta serie, exploraremos cómo la IA ya está transformando las tasaciones y valoraciones de vehículos. Analizaremos cómo está ayudando a los equipos de remarketing a ahorrar tiempo, reducir cuellos de botella y recuperar eficiencia incluso en periodos de alta desflota.
Chloé Diebold, Project Manager – Digital Customer Success